Asisten mis ojos
al degüello aterido del sol,
fluida sangre
que dinamita los colores
de la tarde.
Àrboles de tiesos dedos
dibujan un cielo perfecto
a los ángeles risueños
del invierno.
La trémula vela de la noche
enciende el murmullo
de los astros cristalinos.
En laindiferentepupilaSÒLodel ocasoquedaestearenacrepùsculo,sujetaoscUraal puLso,mareade lassotaventoveNAs,de espanto:por tener en el cuenco de las manos
otro dìa litado
en el lento gravitar del univers6.
AQUÌ ALGUNOS DE LOS POEMAS DE MIS AMIGOS
sábado, 13 de septiembre de 2008
ANOCHE SEr
ANOCHE SEr.
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